Soñarse elevándose a la gloria, es decir al cielo, para ponerse en contacto con deidades, revela vanidad y ambiciones exageradas que redundarán en fracaso y tristeza.
Si el soñante es joven, este sueño insinúa que se desean éxitos desmesurados y que todo terminará en decepciones.
Soñarse en la gloria al lado de Cristo o de alguna deidad es símbolo de futuras pérdidas en amistades y en general en su vida social.
Este sueño es un auto crítica a fin de hacer conciencia sobre relaciones sociales.