Soñar un difunto es, por lo general, un aviso de que algo desagradable está por suceder.
Si en el sueño habla con el difunto, aunque no recuerde el diálogo, puede ser que le esté previniendo para que se cuide de enemistades, o más probablemente, para que vigile sus propios actos, conducta y errores.
En el espiritismo se afirma que este tipo de sueños es en realidad una comunicación directa con los difuntos| en tal virtud, si quien aparece en el sueño es un enemigo conocido, el riesgo es grande| pero si no lo conoció, entonces debe meditar sobre el caso.
Por ejemplo, si es un familiar muy querido (padre o madre, hermanos, etc.) entonces su acercamiento se puede interpretar con el objeto de proteger al soñante contra posibles sucesos desagradables, aunque también puede ser sencillamente una visita o encuentro amoroso de padres a hijos, en cuyo caso debe dar su agradecimiento.
Obviamente los indicados cambian cuando se recuerdan las palabras del difunto o el diálogo completo.