Cuando una mujer sueña que se hace monja o por lo menos vive como tal, indica que está adoptando una actitud de resistencia, quizá de rebeldía por verse obligada a realizar actos y labores que no son de su agrado y que juzga reprobables.

Cuando una mujer ve en sueños que se le acerca una monja sonriente indica probabilidades de éxito en sus metas debido, por lo menos en parte, a la intervención de buenas amistades.

En cierta forma, este sueño relativo a la presencia de una o más religiosas indica introversión, es decir, reproche de la propia conciencia así como anhelo de acercamiento al ser supremo o a fuerzas superiores con el fin de recibir su ayuda.