Soñarse asistiendo al funeral y entierro de una persona muy estimada o de un familiar insinúa que todo marcha bien en la familia y que pronto habrá una boda.
En algunos casos este sueño revela el íntimo deseo del soñante de que alguien muera.
Si durante el funeral llueve indica lágrimas, en cuyo caso es de esperarse que ocurra algo malo, como son enfermedades, malos negocios o un accidente lamentable.
Soñar un epitafio insinúa que pronto se recibirán malas noticias, o por lo menos muy desagradables.
Soñarse solitario frente a una tumba leyendo el epitafio es anuncio de muy cercana enfermedad.
Soñarse escribiendo un epitafio indica pérdida de alguna amistad a la que se le tiene mucha estimación.
Soñar el entierro de uno mismo algunas veces insinúa que en la vida real se está dando mucha auto gratificación, auto tolerancia, auto compasión, sin intentar corregir sus errores, sino ocultarlos.
Este sueño generalmente es un aviso de que se están cometiendo serios errores que finalmente le traerán problemas incluso de tipo legal.
Si en el sueño es sacado a tiempo de la tumba y del ataúd, insinúa que se sufrirán serias penalidades, pero que finalmente todo saldrá bien y el soñante recuperará su prestigio y tranquilidad.
Soñarse presenciando un funeral es anuncio de matrimonio infortunado o enfermedad en el soñante.
Soñar el funeral de una persona desconocida anuncia cercanas preocupaciones.
Si el funeral es de un hijo, o del padre o la madre, por lo general indica muy serios problemas de índole diversa que afectarán a toda la familia, sin implicar la muerte.
Soñarse vestido de negro asistiendo a un funeral de un pariente insinúa viudez o por lo menos padecimientos del sistema nervioso, razón por la que se teme la muerte.