Soñar una campiña tranquila, luminosa, verde y floreada, insinúa que se está en paz consigo mismo y en espíritu, gracias a su ventajosa condición en los asuntos no sólo sentimentales, sino también materiales y de salud.
Soñar una campiña con vastos y lejanos horizontes es símbolo de grandes deseos de libertad, así como deseos de viajar.
Este sueño es frecuente en personas que habitan en las grandes ciudades y sienten la necesidad de respirar oxígeno puro y recibir los rayos del sol alejados de las aglomeraciones que los oprimen.
Soñarse en una casa campestre o en algún bonito y pequeño poblado insinúa que se vive a disgusto en la ciudad, por lo que busca un cambio definitivo o por lo menos unas prolongadas vacaciones en un lugar tranquilo.
Soñar que la campiña que rodea la casa o el poblado están en ruinas es anuncio de que tendrá que seguir viviendo en la ciudad, y además tendrá problemas en los asuntos o negocios que esté manejando.