El terciopelo es símbolo de opulencia y guarda una relación muy estrecha con los bienes económicos.
Cuando en el sueño se presenta una tela bonita de terciopelo en vivos colores, es vaticinio de una mejora considerable en la situación social que muy posiblemente venga acompañada de grandes éxitos financieros.
Por el contrario, si la tela se muestra raída o agujereada, es una advertencia para que nos protejamos de la maledicencia y las malas artes para no resultar seriamente perjudicados.
El terciopelo en sueños es también presagio de que nos veremos rodeados de ciertas comodidades que nos tomarán por sorpresa.